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COMENTARIO DE UN POEMA DE C. P. CAVAFIS
Constantinos Petros Fotiadis nació en 1863, en Alejandría, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. Fue agente de bolsa y funcionario del servicio estatal de riegos. Cavafis es una de las figuras más importantes de la poesía contemporánea por la originalidad y universalidad de su escritura. Poeta de refinada elegancia, con un lenguaje prosaico y exquisito, en su obra desarrolla un sutil análisis de los sentimientos y de la vida interior. Sus poemas fueron publicados después de su muerte, que tuvo lugar en 1933.
(De la edición de Pedro Bádenas de la Peña, Alianza Editorial. Madrid, 2003)
INTRODUCCIÓN AL COMENTARIO
Lee atentamente el poema.
El título es Ítaca. Como ya sabes, se refiere al poema de Homero, La Odisea. Odiseo o Ulises, el protagonista, sale de Ítaca, su reino para ir a la guerra de Troya. A la vuelta, castigado por los dioses por haber creado el procedimiento para destruir Troya, sufre multitud de incidentes en su viaje de vuelta a Ítaca.
Cavafis, el poeta, nos pide que hagamos un buen viaje. ¿A qué viaje se refiere?
Fíjate en estas palabras:
lestrigones: gigantes caníbales.
cíclopes: gigantes que tenían un solo ojo en la frente.
Posidón: Dios, padre del cíclope al que mata Ulises.
Son peligros con los que se encuentra Ulises. De acuerdo con esto, ¿que significado tienen estos versos de Cavafis?
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Posidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.
¿Por qué pide que el camino sea largo?
Redacta el sentido del poema y justifica tus afirmaciones.
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ÍTACA
Cuando salgas de viaje para Ítaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, de experiencias colmado.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irascible Posidón no temas,
pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Posidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.
Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que -¡y con qué alegre placer!-
entres en puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,
y voluptuosos perfumes de todas las clases,
todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.
Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.
Mantén siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.
Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.
C. P. Cavafis
Poemas
Traducción y prólogo de Ramón Irigoyen
Seix y Barral, Barcelona, 1994